La luna iluminaba la noche obscura que cubría el valle donde descansaba el ejército de Santa Anna. Algunos soldados cantaban una vieja canción, las mujeres preparaban la cena mientras el General Santa Anna dormía plácidamente soñando con enormes fiestas en su honor.
__De pronto se oye el tropel de un caballo, los guardias gritan “Quién vive”.
__Un hombre grita__ Mi general __Soy yo “Juan” su “ahijado”.
Lo dejan pasar preguntándole ¿Qué quieres?
__Él contesta __ Traigo un mensaje para mi general Santa Anna.
El general se acerca, lo ve, frunce el ceño y le pregunta. ¿Y el general José Joaquín de Herrera dónde está? __Juan responde__ Lo agarraron los texanos__ Nos descuidamos y nos apresaron a todos, a mí me mandaron a avisarle que si se no acepta el trato de que Texas sea parte del territorio americano fusilaran a todos los compatriotas presos.
El general Santa Anna después de escucharlo, camina de un lado a otro, cabizbajo, meditando lo escuchado, de pronto para su caminar, todos los presentes lo miran atentos esperando su respuesta, y sin más comenta: por el bien de todos los compatriotas presos, aceptaremos el trato ya que estoy en desventaja.
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